Resolución de la multitudinaria «Asamblea Marítima»

Resolución de la multitudinaria «Asamblea Marítima»

Por RG

El Atlántico – 27 de mayo de 1999

Deliberaron marineros y patrones embarcados desde las costas de Uruguay, el sur y Mar del Plata

En un clima de tensión social y crisis económica, la Asociación de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, junto a marineros y representantes de distintos sectores portuarios, se reunió en Mar del Plata para definir un plan de acción frente al deterioro de la actividad pesquera.


Un puerto bajo presión

  • La asamblea reunió delegaciones de toda la costa atlántica argentina y hasta embarcaciones provenientes de Uruguay.
  • Los reclamos centrales giraron en torno a la necesidad urgente de revisar la legislación pesquera y adaptarla a la realidad del sector.
  • Se advirtió que sin medidas inmediatas, la crisis del recurso pesquero y la falta de políticas de protección social podrían llevar al colapso económico de las comunidades marítimas.

El vicepresidente de la Liga de Obreros Marítimos, Domingo Contessi, enfatizó que no se trataba de un reclamo aislado, sino de una emergencia que amenazaba la subsistencia de miles de familias.


Demandas unificadas

Entre las resoluciones adoptadas:

  1. Incorporar las nuevas políticas al marco legal vigente para proteger empleo y recursos naturales.
  2. Garantizar un marco de sustentabilidad que contemple la capacidad real de extracción y el control del esfuerzo pesquero.
  3. Sostener las fuentes de trabajo evitando que la reconversión industrial signifique despidos masivos.

El dirigente José Francisco Lamacchia, figura clave del movimiento, fue tajante:

«Los dirigentes vamos a quedarnos hasta que se vote».
Esta frase sintetizó la decisión de permanecer en estado de asamblea permanente hasta que el Congreso aprobara las reformas solicitadas.


Movilización y unidad

La marcha hacia Buenos Aires mostró una imagen poco habitual:

  • Dirigentes gremiales, empresarios, concejales y trabajadores marchando juntos.
  • Columnas portuarias de distintas provincias, incluyendo patagónicos y uruguayos, confluyeron en la capital.
  • La consigna era clara: «Sin pesca no hay puerto, y sin puerto no hay ciudad».

Una falta de respeto

Paralelamente, en un artículo editorial, se denunció la ausencia de varios legisladores en el tratamiento de temas clave para el sector.
Se calificó como “falta de respeto” que, mientras miles marchaban y aguardaban respuestas, parte de la dirigencia política estuviera ausente de las deliberaciones.


Preguntas abiertas

En las calles y en los muelles resonaba una pregunta incómoda:
«¿Por qué se llevó a la gente?»
El interrogante aludía a las decisiones gubernamentales y empresariales que habían permitido que la sobreexplotación y la falta de control llevaran a una crisis sin precedentes en la industria pesquera.


📌 Síntesis del momento
La Asamblea Marítima del 27 de mayo de 1999 no fue un hecho aislado, sino parte de un proceso más amplio de resistencia social frente a:

  • La crisis estructural de la pesca.
  • La ausencia de políticas integrales.
  • La percepción de desprotección legislativa.

Fue también un símbolo de unidad: trabajadores y empresarios, históricamente en veredas opuestas, marchando juntos bajo una causa común.

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