Narrativa Final – “La CLAT y su condena a la dictadura económica”
Por RG
En una asamblea histórica, la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) reunió a delegados de todo el continente para debatir y fijar posición frente a la crisis social y económica que afecta a millones de personas en América Latina. La reunión, de carácter ampliamente representativo, tuvo como objetivo enfrentar de manera unificada la “dictadura económica” que, según los dirigentes, somete a los pueblos de la región a través de mecanismos de endeudamiento externo, desempleo, subempleo, analfabetismo y deterioro creciente de las condiciones de vida.
El nuevo secretario general adjunto, Emilio Miopere, destacó que el encuentro fue un espacio de alto nivel de discusión y análisis sobre los problemas comunes de los trabajadores. Subrayó que el endeudamiento externo, tal como está estructurado, es impagable y constituye un instrumento de dominación económica. La CLAT coincidió plenamente con el criterio de que las deudas externas deben ser renegociadas o, en casos extremos, declaradas impagables, proponiendo la adopción simultánea de moratorias conjuntas por parte de todos los países latinoamericanos.
La organización reafirmó además su rechazo al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), por considerarlo un instrumento alineado a intereses ajenos a la región, y manifestó su respaldo a la posición argentina en la cuestión de las Islas Malvinas.
En un gesto de solidaridad internacional, la CLAT apoyó la campaña “Antipresión” impulsada por la Iglesia Católica de Estados Unidos, destinada a denunciar y frenar políticas económicas y sociales que oprimen a los sectores más vulnerables. También se denunció la falta de políticas públicas que prioricen el bienestar de los pueblos, señalando que la concentración de la riqueza y las reformas neoliberales estaban profundizando las desigualdades.
En el debate, se abordó la realidad de distintos países bajo regímenes dictatoriales o democracias restringidas, como el caso de Chile bajo Pinochet, señalando que la represión política iba de la mano con la imposición de modelos económicos excluyentes. La CLAT alertó que, sin una transformación estructural y una acción conjunta de los países, la región seguiría atrapada en un ciclo de dependencia y pobreza.
En paralelo, se eligieron nuevas autoridades para encarar esta etapa de lucha, destacando la importancia de mantener la unidad sindical y de impulsar una estrategia de resistencia y propuestas concretas para superar la crisis.
El documento final dejó clara la postura de la CLAT: la única salida posible es la integración solidaria de los pueblos latinoamericanos, el rechazo a la sumisión económica y política, y la defensa activa de la dignidad de los trabajadores.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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