“En Buenos Aires está todo finiquitado”
Por RG
En el verano de 1987, Carlos Saúl Menem, gobernador de La Rioja, se paseaba por Mar del Plata como un turista obligado, aunque en realidad su presencia tenía un trasfondo político bien definido. En cada encuentro, en cada palabra medida, proyectaba la imagen de un hombre seguro, decidido y firme en sus convicciones. Su meta no era un misterio: consolidar su liderazgo y preparar el terreno para dar el salto a la presidencia de la Nación.
En diálogo con El Atlántico, Menem no esquivó ninguna pregunta. “Para 1988 el voto directo será realidad y se decidirán los candidatos. En Buenos Aires, todo está terminado”, afirmó, dejando entrever que las internas peronistas ya tenían un resultado claro en su mente. Sin vueltas, dejó en claro que no veía diferencias sustanciales entre los estilos políticos de Cafiero, Macaya o Vildoza: lo que él ofrecía era un modelo propio, gestado en su provincia y respaldado por su experiencia de gestión.
El gobernador riojano aprovechó para marcar distancia de la inercia que, según él, dominaba a la política nacional. Reivindicó su estilo activo y pragmático: industrializar una provincia pequeña como La Rioja, reducir impuestos para atraer empresas, crecer al 12% anual en su PBI y generar un clima de estabilidad eran, para Menem, cartas de presentación suficientes para aspirar a algo más.
Sobre la relación con el gobierno nacional, Menem fue tajante: defendía a La Rioja en el reparto de recursos y cuestionaba que Buenos Aires acaparara el poder económico y político del país. Sin confrontar abiertamente con el presidente Alfonsín, marcaba sus diferencias en gestión y visión de desarrollo.
El discurso de Menem se movía con habilidad entre el orgullo provincial y la proyección nacional. Enfatizaba su política de apertura hacia la inversión privada, su buena relación con sectores productivos y su capacidad para “no prometer lo que no se puede cumplir”. Reconocía las dificultades financieras del país, pero insistía en que su fórmula —industrialización, baja de impuestos, incentivo a la producción— era replicable a nivel nacional.
Al cierre de la entrevista, dejó en claro que en política, como en el fútbol, había que saber jugar de adelantado: “En Buenos Aires está todo finiquitado. Ahora, hay que pensar en el futuro de todos los argentinos”.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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