La bofetada de los números
Por RG
El costo de los sueldos comunales y su impacto en Mar del Plata
El Atlántico – 22 de julio de 1990
La reciente publicación de El Atlántico sobre “Los sueldos de la comuna” provocó un verdadero sacudón. No solo por las cifras —que ya de por sí generaban debate— sino porque permitió poner en números el peso que representan para los contribuyentes marplatenses.
Según los datos oficiales, el intendente Ángel Roig encabezaba la lista con un sueldo de 14.122.620 australes mensuales (unos 2.736,94 dólares de la época), mientras que el salario más bajo publicado correspondía a Alberto López con 4.018.540 australes. Tomando un promedio, se estableció un parámetro: 200 empleados ejecutivos de la comuna perciben en conjunto 200.000 dólares mensuales.
Esto implica que, sobre los 170.000 contribuyentes que efectivamente pagan sus tasas, el 6,2% sostiene con sus aportes mensuales el total de esos sueldos ejecutivos. En barrios periféricos, donde el aporte promedio era de 25.000 australes (unos 4,84 dólares), se requeriría el 24% de los contribuyentes para cubrir esa cifra.
Un ejercicio de proyección
- En un año, los 200.000 dólares mensuales suman 2,4 millones de dólares.
- En diez años, esa cifra asciende a 24 millones de dólares.
- Si se invirtiera al 10% anual, el capital acumulado superaría los 38,8 millones de dólares, equivalentes a más de 200 billones de australes.
El cálculo es elocuente: con ese monto podrían construirse en Mar del Plata 7.763 viviendas de cinco mil dólares cada una, o financiar decenas de obras de infraestructura como plantas de tratamiento de efluentes, acueductos, puestos sanitarios o aulas escolares.
Los sueldos individuales
- Ángel Roig: 14.122.620 australes mensuales → 262.746,24 dólares en ocho años.
- Vespa: 10.077.200 australes mensuales → 189.343,68 dólares en ocho años.
- Brusca: 9.073.110 australes mensuales → 168.801,60 dólares en ocho años.
Para pagarle el sueldo anual al intendente Roig, serían necesarios los aportes de 6.785 contribuyentes que paguen 25.000 australes mensuales. En el acumulado de su gestión, eso equivaldría al esfuerzo conjunto del 31,9% de los contribuyentes activos durante un mes entero.
¿Lujo o necesidad?
Incluso reduciendo la estimación a la mitad, el gasto seguiría representando 1,2 millones de dólares anuales para pagar a 200 empleados ejecutivos. El interrogante queda planteado:
- ¿Cuánto desarrollo turístico podría financiarse reduciendo apenas un 20% estos salarios?
- ¿Qué impacto tendría destinar esos fondos a la infraestructura urbana?
La nota concluye con una reflexión incómoda: mientras 200 empleados ejecutivos acumulan en una década entre 12 y 38 millones de dólares en salarios, Mar del Plata arrastra 178 villas de emergencia y más de 50.000 personas con carencias elementales.
La pregunta es directa y punzante: ¿cuántos problemas podrían resolverse con esos números si se aplicaran de otra manera?
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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