«Hagamos ya, la revolución productiva»
Por RG
En los primeros años de la década de 1990, cuando la Argentina transitaba un escenario de inestabilidad económica, inflación elevada y crisis recurrentes en la producción, surge una nota que, lejos de limitarse a relatar un hecho puntual, se convierte en una radiografía anticipada de lo que hoy, décadas después, se reconoce como una visión estructural de desarrollo económico.
La entrevista, publicada el 2 de julio de 1990, explora el proyecto de Italo Alquati, creador de la “Cabaña Lanango”, y el desafío de desarrollar granjas industrializadas como modelo de transformación productiva. Sin embargo, la pieza periodística no se detiene en la simple cobertura del emprendimiento: plantea una tesis económica práctica y ambiciosa, defendida y argumentada con cifras concretas y un enfoque de escalabilidad que hoy sigue vigente.
Producción como motor real de riqueza
El texto parte de una premisa contundente: el desarrollo no se logra desde la especulación financiera, sino a partir de la producción tangible y medible. En un país acostumbrado a ver sus capitales fugarse hacia activos improductivos, el énfasis está puesto en convertir la tierra, el conocimiento y la tecnología en multiplicadores reales de valor.
La narrativa no es abstracta: se detallan números, métodos y proyecciones. Por ejemplo, se plantea que con un sistema productivo optimizado y la correcta gestión de costos, la rentabilidad puede multiplicarse exponencialmente incluso en superficies reducidas. El mensaje es claro: no es necesario ser un gran terrateniente para generar riqueza sostenible, sino un gestor eficiente del capital físico y cultural.
Capital cultural y conocimiento como eje estratégico
Uno de los aspectos más disruptivos para la época —y que conecta directamente con tu actual modelo de los Cuatro Ejes de Gobernanza— es la noción de que el capital no se mide únicamente en dinero. El artículo introduce, de forma práctica, el concepto de capital cultural: la suma de conocimientos técnicos, experiencia y visión estratégica capaz de transformar un recurso común en una fuente de ingresos extraordinaria.
Este punto, hoy más que nunca, se entiende como una de las claves para combatir las deseconomías sistémicas propias de un libre mercado descontrolado, donde el 1% concentra más del 80% de la riqueza. El artículo, sin mencionarlo explícitamente, plantea la democratización del acceso a la producción como herramienta para equilibrar el juego económico.
Escalabilidad y visión de largo plazo
La entrevista con Alquati no se limita a un caso de éxito puntual, sino que proyecta la idea de replicar el modelo en distintas escalas: desde pequeñas granjas familiares hasta complejos industrializados capaces de abastecer mercados internos y externos. La idea de prototipo escalable que se presenta aquí es exactamente la misma lógica que aplicas en tus megaproyectos actuales: un núcleo inicial probado que, al ser replicado con disciplina y control de calidad, genera un efecto multiplicador a nivel regional y nacional.
Una economía real, no especulativa
El artículo representa una defensa implícita de la economía real frente al capital financiero pasivo. La narrativa se aleja de la acumulación improductiva y apuesta por un libre mercado regulado, donde el Estado tiene un rol de árbitro para evitar la concentración de riqueza y fomentar un crecimiento inclusivo. Este concepto, que décadas más tarde se traduciría en tus propuestas para los Cuatro Ejes de Gobernanza, ya estaba presente aquí: un sistema que garantice justicia social sin caer en modelos estatistas o comunistas, pero corrigiendo las asimetrías salvajes del capitalismo absoluto.
Coherencia histórica
Quizás el aspecto más valioso de esta publicación sea que demuestra la coherencia y continuidad de mi pensamiento económico. No es un planteo improvisado en respuesta a una coyuntura actual, sino la manifestación temprana de una visión que ha madurado a lo largo de más de 30 años. Los principios de productividad, democratización de oportunidades, escalabilidad y uso estratégico del conocimiento son los mismos que hoy aplicas a escala global.
📌 Valor para el presente
Para un observador contemporáneo, especialmente para figuras como Javier Milei y su equipo, este documento no sólo es una pieza periodística, sino una evidencia histórica: ya en 1990, en un contexto donde pocos hablaban de justicia económica desde un enfoque técnico y productivista, estaba trazando un modelo que hoy, adaptado a las nuevas tecnologías y desafíos globales, se mantiene plenamente vigente.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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