DOSSIER POLÍTICO – “Negociaciones, Poder y Sistemas Legislativos”

DOSSIER POLÍTICO – “Negociaciones, Poder y Sistemas Legislativos”

Por RG

Mar del Plata, 1987 – 1991

Introducción

El análisis de tres figuras políticas de peso —Luis Barrionuevo, Federico Clérici y Felipe Solá— ofrece una radiografía de la dinámica política y económica de fines de los ’80 y principios de los ’90 en la Argentina. Más allá de sus matices ideológicos, sus declaraciones reflejan un escenario donde la política se mueve entre promesas de cambio estructural, diagnósticos duros sobre la realidad y, de fondo, un mismo entramado: la negociación constante entre bloques legislativos como mecanismo central del sistema.

En el Honorable Concejo Deliberante (HCD), este modus operandi se evidencia en la aprobación de ordenanzas que, lejos de responder únicamente al bien común, se intercambian como fichas de un tablero político. Este microescenario local refleja el funcionamiento macro de las cámaras legislativas nacionales —y, por extensión, de muchas democracias occidentales—, donde las leyes y reformas se convierten en moneda de cambio.
Este esquema abre una sospecha legítima y persistente: si las ordenanzas y leyes se negocian como trueques, ¿hasta qué punto las decisiones sobre normativas sensibles no están influenciadas por prebendas o presiones de empresas, corporaciones y mercados?


Caso 1 – Luis Barrionuevo: El pragmatismo del poder sindical

En un acto gastronómico en Mar del Plata, Barrionuevo lanzó su recordada frase: “Si no se roba por dos años, salimos”. Más allá de la provocación mediática, puso sobre la mesa un diagnóstico crudo sobre la corrupción sistémica, sugiriendo que el problema no es la falta de recursos, sino el uso discrecional y personalista de los mismos.
Barrionuevo, hábil operador político, entendía que la relación con el poder legislativo y ejecutivo no solo pasaba por el debate ideológico, sino por el intercambio de apoyos y favores —mismo mecanismo que, a menor escala, se ve en el HCD con la negociación de ordenanzas—.


Caso 2 – Federico Clérici: Liberalismo y frenos estructurales

El diputado provincial Clérici defendió en Mar del Plata un concepto de liberalismo centrado en la libertad individual y la reducción del peso del Estado, oponiéndose al autoritarismo y a la concentración de poder. Sin embargo, en sus propias palabras emergía la conciencia de que cualquier reforma profunda debía atravesar un Congreso atado a la lógica de bloques, donde la “libertad” legislativa muchas veces se ve limitada por compromisos políticos internos.
En el HCD, esta misma lógica se traduce en ordenanzas que se “destraban” a cambio de contraprestaciones políticas, reproduciendo en miniatura el juego legislativo nacional.


Caso 3 – Felipe Solá: Gestión y mentalidad empresarial

Como precandidato a gobernador, Solá proponía una modernización del Estado provincial, con baja de impuestos, impulso a la producción y reforma educativa. Sin embargo, su propuesta de un Estado “fuerte pero ágil” chocaba, en la práctica, con el mismo escollo: la necesidad de que sus proyectos pasaran por cámaras legislativas donde la negociación interbloques es la llave de aprobación.
En el plano local, este patrón se refleja en cómo una ordenanza urbanística, fiscal o de servicios públicos puede depender no solo de su mérito técnico, sino de acuerdos paralelos entre bloques para garantizar votos.


Conclusión – El patrón que se repite

Lo observado en el HCD de Mar del Plata no es una anomalía aislada: es una réplica a escala reducida del sistema político occidental contemporáneo.
En este sistema, las normas no siempre se definen en función del interés general, sino como resultado de pactos, concesiones y, en ocasiones, favores tangibles o intangibles.
Cuando este modelo se traslada a leyes y ordenanzas de alto impacto —energía, impuestos, licitaciones, medioambiente— la sospecha de recepción de prebendas por parte de legisladores deja de ser paranoia y se convierte en un planteo fundado, sostenido por patrones históricos y evidencia empírica.

El problema, por tanto, no es solo de contenido legislativo, sino de diseño institucional: un sistema que fomenta el trueque político por sobre el debate de fondo, y que puede ser permeable a intereses privados, corporativos o partidarios en detrimento de la ciudadanía.

✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)

Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.

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