“Cachetazo del varón a la mujer” — Radiografía del machismo cotidiano (1988)

“Cachetazo del varón a la mujer” — Radiografía del machismo cotidiano (1988)

Por RG

La doble página rompe la cortesía y va al hueso: en el trabajo, en los hospitales, en los tribunales y en la casa, las reglas estaban hechas por y para varones. La nota arma un mosaico con testimonios, escenas y diagnósticos que, juntos, describen un sistema: favoritismo sexual, techo de cristal, violencia naturalizada y una cultura que convierte el cuerpo femenino en objeto de consumo.

1) “Favoritismo sexual: un pensamiento cruel”

  • Contrataciones y ascensos sesgados. Se denuncia una selección “a dedo” donde cuenta más la sumisión o disponibilidad que el mérito.
  • Acoso y chantaje. La “ayuda” de un jefe a cambio de favores, los comentarios sobre la vida privada, las represalias ante el rechazo.
  • Desigualdad salarial. A igual tarea, menor paga; y peor: inseguridad laboral para quien denuncia.

2) La mujer como mercancía

Una foto en bikini en el centro de la página funciona como espejo irónico: la cultura masiva vende el cuerpo femenino, lo firma y lo exhibe. La crítica es directa: esa mercantilización lubricó el resto de las discriminaciones.

3) “Machismo médico”: hospital y guardapolvo

  • Barrera simbólica: “Vos sos mina y no sabés lo que estás haciendo”, cuentan médicas jóvenes que escucharon en guardias y pasillos.
  • Especialidades vedadas. Cirugía y traumatología aparecen como feudos masculinos; pediatría y obstetricia, “permitidas” para ellas.
  • Doble vara operativa. Guardias más duras para las mujeres, menos oportunidades de quirófano, bromas humillantes como ritual de pertenencia.
  • Autocensura aprendida. Muchas profesionales evitan reclamar para no “marcarse”. Falta de mentores y de protocolos antiacoso.

4) “Hay cantidad de abogadas y pocas juezas”

  • Techo de cristal judicial. En los concursos pesan redes informales, disponibilidades horarias imposibles para quienes cargan cuidados y prejuicios sobre “autoridad” femenina.
  • Rendición doble. A ellas se les exige más credenciales para llegar al mismo lugar.
  • Qué cambiar: jurados paritarios, concursos con etapas anónimas, licencias y horarios compatibles con cuidados, capacitación obligatoria en perspectiva de género.

5) Violencias visibles e invisibles

  • Mujeres y niñas golpeadas. La página recoge la rutina de golpes, culpas y silencios. Falta refugios, asesoramiento legal gratuito, protocolos policiales y sanitarios con registro y seguimiento.
  • Subregistro crónico. Sin estadísticas ni circuitos claros, la ciudad responde mal y tarde.

6) Agenda de cambios (que el propio texto sugiere, hoy aún vigentes)

  • Trabajo: igualdad salarial auditada; comités de integridad y protocolos antiacoso con sanciones; guarderías y licencias por cuidado simétricas (maternidad/paternidad).
  • Salud: residencias y quirófanos con criterios transparentes; tutorías para médicas; vías confidenciales de denuncia.
  • Justicia: paridad en ternas, concursos ciegos en etapas, formación obligatoria en género, datos abiertos de nombramientos y brechas.
  • Protección: línea 24/7, casas refugio, patrocinio jurídico gratuito, ventanillas únicas en hospitales y comisarías.
  • Cultura y medios: pautas de tratamiento responsable de la imagen femenina; campañas sostenidas contra estereotipos.

Cierre

La fuerza de la doble página está en su método: de lo cotidiano a lo estructural. No narra un escándalo aislado; muestra cómo funcionaba el sistema que naturalizaba la desigualdad. El título duro (“cachetazo”) no es una exageración: resume el golpe silencioso de reglas no escritas. La salida también está ahí: reglas nuevas, medibles y con consecuencias. Porque lo que se nombra se ve, y lo que se mide, se cambia.

✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)

Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.

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