Judíos y árabes harían mercado común – Una visión de integración económica en Medio Oriente
Por RG
En enero de 1994, en el marco de la Semana de Israel en Mar del Plata, el embajador israelí en Argentina, Dr. Itzhak Avirán, expuso su visión sobre las posibilidades de un futuro mercado común árabe-israelí. Durante un desayuno con periodistas, destacó que el mundo de fines del siglo XX demandaba nuevos conceptos de cooperación económica y social, alejados de viejas rivalidades.
La paz como motor de desarrollo
Avirán enfatizó que la paz en Medio Oriente podría desencadenar un proceso de integración regional capaz de generar beneficios comparables a los obtenidos por el Mercado Común Europeo. Su propuesta contemplaba un intercambio intensivo de bienes, servicios, tecnología y conocimiento entre Israel y los países árabes, con especial énfasis en sectores como la agricultura, la industria y la investigación científica.
Educación e innovación como pilares
El embajador lamentó que en Argentina aún no se considerara a la educación superior como estrategia central de desarrollo, mientras que en Israel se invertía de forma sostenida en investigación y desarrollo industrial. Entre 1969 y 1985, el número de científicos e ingenieros israelíes creció notablemente, impulsando sectores de alta tecnología que podrían integrarse a proyectos conjuntos con países árabes.
Proyecto de mercado común
Según Avirán, un mercado árabe-israelí estable permitiría aprovechar depósitos financieros internacionales —como los más de 2.500 millones de dólares disponibles en cuentas de Japón, Estados Unidos y Europa— para impulsar proyectos de infraestructura, comercio y desarrollo tecnológico. El embajador destacó que Japón ya mostraba interés en invertir en la región si existía un marco político estable.
Beneficios y desafíos
Avirán consideró que la integración podría transformar a Medio Oriente en un polo económico de escala global, combinando el capital y la tecnología israelí con los recursos naturales y la mano de obra de los países árabes. Sin embargo, advirtió que el éxito dependería de una paz duradera y de la voluntad de superar las secuelas de décadas de conflicto.
Un modelo inspirado en Europa
El embajador presentó al Mercado Común Europeo como ejemplo, señalando que un sistema similar podría adaptarse a las particularidades de Medio Oriente. Este modelo implicaría libre circulación de bienes, eliminación de barreras aduaneras y cooperación en investigación, buscando generar prosperidad y estabilidad política.
Conclusión
La propuesta de Avirán reflejaba un optimismo prudente: reconocía las dificultades políticas y culturales, pero apostaba a que la paz abriría la puerta a un ciclo de crecimiento económico sin precedentes en la región. El concepto de un mercado común árabe-israelí, aunque ambicioso, se presentaba como una oportunidad histórica para transformar uno de los focos de tensión más persistentes del planeta en un núcleo de cooperación y desarrollo.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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