Felipe Solá: “Yo haría un banco mucho más humilde”

Felipe Solá: “Yo haría un banco mucho más humilde”

En abril de 1991, el precandidato a gobernador bonaerense por el Partido Justicialista, ingeniero Felipe Solá, visitó Mar del Plata y denunció públicamente el alto nivel de gastos y el modelo de gestión del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Gastos excesivos y estructura sobredimensionada
Solá afirmó que el Banco Provincia consume anualmente 1.800 millones de dólares de los contribuyentes bonaerenses, cifra que consideró desproporcionada. Señaló que la entidad cuenta con 14 mil empleados distribuidos en sucursales nacionales e internacionales, y que sus salarios figuran entre los más altos del país.

Criticó que, en localidades pequeñas, el Banco mantenga costosas instalaciones y personal en exceso, lo que se traduce en un gasto operativo desmedido. Según sus cálculos, en algunas ciudades la superficie construida del banco por habitante es varias veces superior a la media nacional.

Falta de apoyo a la producción
Solá denunció que las operaciones del Banco Provincia no benefician al pequeño empresario ni al sector productivo, sino que canalizan recursos hacia grandes grupos económicos y mercados cautivos. Propuso que los fondos de la entidad se orienten a financiar la producción y el trabajo bonaerense, en lugar de destinarse a inversiones especulativas o depósitos en el exterior.

Deuda y uso de recursos públicos
El dirigente cuestionó que, a pesar de su magnitud, el banco acumulaba una deuda impaga millonaria, como la correspondiente a la Central Piedra Buena (obra de Agua y Energía y DEBA) y a préstamos internacionales. Además, recordó que por ley el Provincia administra los depósitos líquidos de las recaudaciones municipales, lo que le otorga un enorme poder financiero que —según Solá— no se traduce en beneficios para la población.

Modelo económico y político
Solá también apuntó contra el diseño económico del Provincia, que consideró perverso por concentrar activos en bienes inmuebles y capital inmobiliario, sin liquidez para otorgar créditos productivos. Acusó al banco de ser un instrumento de poder político y de servir, en parte, para financiar el gasto corriente del Estado provincial mediante la captura de recursos del sector privado.

Conclusión
La propuesta de Solá fue “un banco mucho más humilde”, con menos gastos superfluos, estructura más eficiente y un rol centrado en promover la producción y el empleo en la provincia. Sus declaraciones buscaban instalar un debate sobre la transparencia, el destino de los fondos públicos y la verdadera función social de la banca estatal.

✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)

Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.

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