🧠 TÍTULO: Narcoconsumo: el monstruo que criamos entre todos
Por Roberto G.– Crónica Reflexiva
Mar del Plata – Las palabras del juez federal Julio Petigiani aún retumban:
“Ojalá resuenen como un nudo de conciencia.”
Y lo hacen.
A más de treinta años de su publicación, esta entrevista se lee con la crudeza de una profecía cumplida. Argentina, que durante tanto tiempo se debatió entre ser país de paso o de consumo, ya no puede engañarse: somos ambas cosas.
Hoy lo sabemos con certeza, pero en 1988 ya lo intuíamos. Ya se encendían las alarmas. Ya los especialistas —aislados, silenciados, incluso ridiculizados— advertían que el fenómeno de la drogadependencia no era un mal importado, sino un monstruo que crecía en silencio, abonado por nuestra ignorancia, hipocresía social y desidia institucional.
¿Qué hicimos con esa advertencia? Nada.
El juez Petigiani disparaba preguntas como dardos envenenados al corazón de la sociedad:
- ¿Recibe nuestra juventud información suficiente?
- ¿Existe conciencia familiar del peligro?
- ¿Por qué los medios suavizan la gravedad del consumo?
- ¿Quién se beneficia con la pasividad estatal?
- ¿Por qué no se endurecen las penas?
- ¿Por qué se siguen abriendo locales bailables sin control?
- ¿Por qué se legaliza la entrada de sustancias disfrazadas como “comercio lícito”?
Y lo más doloroso:
¿Por qué se sigue permitiendo esto en la Nación Argentina?
Petigiani no habla desde la tribuna ni desde la moralina. Habla desde la trinchera judicial. Desde el barro. Desde donde ve a los chicos destruidos por la cocaína. Desde donde ve a los narcos caminar impunes mientras los padres entierran a sus hijos.
Su diagnóstico es clínico y demoledor:
“La marihuana daña las células neuronales. Produce dependencia. Y su consumo, como mínimo, abre la puerta a otras drogas. Aun así, se banaliza. Se minimiza. Se romantiza.”
Lo que plantea Petigiani, y lo plantea con furia contenida, no es sólo una crítica al consumidor o al traficante, sino al Estado como facilitador pasivo del narcoconsumo.
Argentina no estaba —ni está— preparada para lidiar con este monstruo. Porque para enfrentarlo hace falta algo que aquí escasea: coherencia política, decisión judicial y convicción social.
Y sin embargo, aún estamos a tiempo. Pero no por mucho.
“Mientras se minimicen los efectos del narcotráfico y el consumo de drogas, no habrá solución. Ni desde la ley, ni desde la escuela, ni desde la medicina. Y mientras eso ocurra, cada joven atrapado será un muerto vivo caminando entre nosotros.”
Así lo dijo el juez.
Así lo repito yo.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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