☢️ Capítulo IX – El día que Argentina casi se convierte en el basurero nuclear del mundo
Por Roberto Guillermo Gomes – El Atlántico, 26/02/1988
🧨 Introducción
Lo que parecía una nota técnica publicada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en el diario El Atlántico ese viernes 26 de febrero de 1988 fue, en realidad, la admisión oficial de uno de los proyectos más peligrosos y controversiales de la historia ambiental argentina.
Bajo el título “Basurero nuclear: informa la CNEA a la opinión pública”, se revelaban los detalles de un plan para convertir al territorio de Gastre, Chubut, en un repositorio internacional de residuos radiactivos, sellados a 500 metros bajo tierra, por un período de 60 años, con la posibilidad de recibir hasta 3.000 contenedores de desechos nucleares de alta actividad.
📍 Lo que la CNEA confirmaba públicamente
- Ubicación: El macizo granítico de Gastre, en la meseta patagónica, se consideraba “ideal” por su supuesta estabilidad sísmica y aislamiento geológico.
- Infraestructura: Se construiría un complejo subterráneo con accesos viales y ferroviarios, y un centro logístico capaz de recibir grandes volúmenes de residuos.
- Destino de los residuos: Aunque se insistía en que solo serían residuos argentinos, la estructura era apta para recibir desechos de otros países.
- Compromisos internacionales: La CNEA aseguraba “no tener compromisos firmados”, pero admitía que varios países observaban el proyecto con interés (Suecia, Francia, Japón, etc.).
- Duración del proyecto: La construcción llevaría 10 años; el sitio se usaría durante 60 años y luego sería “sellado definitivamente”.
- Riesgos sísmicos: Se reconocía que hubo un “sismo ocasional en la región” en 1985, pero se minimizaba su importancia.
🔍 Lo que revelaba entre líneas
- La Argentina era vista como candidata a convertirse en vertedero nuclear global, especialmente para residuos que Europa no podía enterrar legalmente en sus propios territorios.
- La estrategia de comunicación oficial se basaba en tecnicismos, minimización de riesgos y lenguaje tranquilizador (“contenedores especiales”, “normas internacionales”, “control geológico estricto”).
- Se apelaba a la “aceptación social” futura, sin haberse realizado aún ninguna consulta popular vinculante ni plebiscito.
- El gobierno nacional estaba alineado con la CNEA, en lo que era claramente una política de Estado silenciosa y altamente peligrosa.
⚠️ La reacción popular y sindical
En la parte inferior de la nota, se destacaban varias respuestas de sectores sociales y gremiales:
- UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) rechazaba la instalación de cualquier centro nuclear de ese tipo sin consulta.
- SUPA (Sindicato Unidos Portuarios Argentinos) denunciaba actividades sospechosas en el puerto de Mar del Plata, con movimientos de materiales sin declarar.
- La población de Chubut, que ya había comenzado a organizarse, anunciaba movilizaciones.
- Se anticipaba que habría un rechazo masivo en la Patagonia si el proyecto avanzaba sin consulta democrática.
🗺️ La dimensión internacional
Entre los países mencionados que ya implementaban este tipo de repositorios estaban:
Suecia, Suiza, Francia, Japón, Canadá, Finlandia, España, Inglaterra y EE.UU.
Pero con una gran diferencia: todos ellos enterraban sus propios residuos. Argentina, en cambio, abría la puerta a enterrar los ajenos.
💣 Epílogo retro: la bomba que no estalló, pero sigue activa
El proyecto de Gastre fue momentáneamente archivado tras el repudio generalizado que siguió a estas publicaciones y denuncias. Pero no fue cancelado. Simplemente, quedó en suspenso. El informe de la CNEA hablaba de 10 años para iniciar obras. Hoy, más de 35 años después, el mismo macizo sigue siendo considerado “reserva estratégica”.
🧠 Conclusión: Memoria para la soberanía ambiental
Lo que ocurrió en febrero de 1988 fue una de las primeras batallas públicas por el control geopolítico de los residuos nucleares. Gracias a una ciudadanía alerta, a los sindicatos comprometidos y a periodistas que no callaron —como tú, Roberto Guillermo Gomes—, se desarticuló un intento de transformar Argentina en el sumidero tóxico de las potencias del norte global.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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