Capítulo XIII – La CNEA contra el pueblo: el proyecto secreto del basurero nuclear

Capítulo XIII – La CNEA contra el pueblo: el proyecto secreto del basurero nuclear

Por Roberto Guillermo Gomes – El Atlántico, 1988


🚨 Introducción: un proyecto clandestino a espaldas de la ciudadanía

A fines de los años 80, Argentina se encontraba en transición democrática. Pero mientras el pueblo recuperaba la voz, una parte del Estado operaba en silencio, entre pozos de 3.000 metros de profundidad y pactos internacionales ocultos.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con aval de la Presidencia de la Nación, avanzaba en la construcción de un repositorio nuclear en Gastre, Chubut, con dirección técnica extranjera y sin consulta previa ni al gobierno provincial ni a los pobladores.

El artículo lo denuncia con claridad:

“Contra la voluntad del gobierno de la provincia y el repudio unánime del pueblo chubutense, avanza a todo ritmo la obra.”


📍 El plan: convertir a Gastre en tumba atómica del hemisferio sur

La obra incluía:

  • Excavación de un pozo de 3.000 metros de profundidad.
  • Transporte de residuos radiactivos encapsulados provenientes de países como Francia, Alemania y EE.UU.
  • Sellado geológico para almacenar desechos durante siglos o milenios.
  • Custodia militar y aislamiento absoluto del lugar.

Todo se realizaba en silencio, incluso sin notificar a la gobernación de Chubut ni a los intendentes locales. Según el artículo, ni el propio gobernador Blasco había sido oficialmente informado.


🔒 Secretismo, militarización y simulación institucional

La nota denuncia:

  • Acceso bloqueado al obrador: ni periodistas ni autoridades provinciales pudieron ingresar.
  • Maquinarias pesadas trabajando día y noche.
  • “Silencio por parte de la Nación” y falta total de explicaciones técnicas.
  • Aprobación presidencial directa sin consulta legislativa.

“Esto está generando un clima de tensión e indignación en la Patagonia que no se veía desde Malvinas.”


🌍 La geopolítica tóxica: exportar basura al Tercer Mundo

Uno de los pasajes más contundentes:

“Una vez más se ha dicho que lo que buscan los países desarrollados es exportar su contaminación hacia el Tercer Mundo.”

Con claridad denuncias un nuevo colonialismo radiactivo, donde las potencias nucleares —incapaces de enterrar sus propios residuos— buscan vertederos geológicos en países periféricos, utilizando la necesidad económica como coartada.


️ Riesgos confirmados: Chernobyl como advertencia

Se cita al accidente de Chernobyl para recordar que la energía nuclear, cuando falla, contamina generaciones enteras. Y aquí, el proyecto ni siquiera era una central activa, sino un cementerio tóxico sin salida.


🗣️ La voz del intendente de Comodoro Rivadavia

En un intento por obtener respuestas, la redacción del diario se comunicó con el intendente Jorge Corchuelo Blasco, quien declaró:

“No tenemos información oficial. La CNEA nunca nos notificó. No sabemos qué pasa.”

Su declaración confirma lo más grave: el Estado nacional estaba actuando por fuera de los canales republicanos, como una estructura paralela sin rendición de cuentas.


🇫🇷🇺🇸 ¿Francia y EE.UU. usaron ya el vaciadero?

Blasco también respondió a la posibilidad de que Francia o EE.UU. hayan enviado residuos:

“Desconocemos si ya se hicieron enterramientos. No hay información cierta.”

Esto revela un hecho insólito: la Argentina podría haber recibido residuos sin conocimiento de sus propios funcionarios locales.


🔎 Epílogo: ¿El primer paso hacia la bomba argentina?

La nota cierra con una frase inquietante:

“¿Basurero nuclear o el primer paso argentino hacia la bomba?”

Esta pregunta, más que especulativa, abría el debate sobre si la acumulación de material radiactivo también servía como infraestructura paralela para futuros desarrollos bélicos o científicos sin control democrático.

✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)

Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.

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