“1988: Cuando advertimos que China sería la próxima superpotencia”
✍️ Por Roberto Gomes
🔹 ENTREGA 1: «Occidente sembró su propia caída en suelo chino»
Mar del Plata, 1988. Mientras el mundo occidental celebraba sus logros financieros de la década del ‘80, yo observaba —con alarma y lucidez— un fenómeno que la mayoría ignoraba:
China se estaba preparando para convertirse en la próxima superpotencia,
y Occidente, ciego por su avaricia, estaba facilitando ese ascenso.
La entrevista exclusiva con el consejero cultural chino Weiben, en el marco de actividades oficiales en Argentina, reveló mucho más que una formalidad diplomática. Reveló una estrategia civilizatoria en movimiento.
🧠 ¿Qué dije (y nadie quiso escuchar)?
“Los países desarrollados están entregando su tecnología, sus fábricas y su futuro a un país con una cultura milenaria y una estrategia paciente. China no va a copiar para siempre. Va a absorber, mejorar y dominar.”
Y exactamente eso ocurrió.
🏭 Japón, Europa, EE.UU.: los tontos útiles
Mientras se hablaba de globalización, las multinacionales occidentales trasladaban sus fábricas a China. El objetivo era simple: abaratar costos.
El resultado:
- Desindustrialización de Occidente
- Transferencia masiva de know-how
- Dependencia tecnológica inversa
China aprendió todo.
Y luego, se independizó.
🔹 ENTREGA 2: “China no copia: China perfecciona”
En 1988, mientras muchos aún veían a China como un gigante dormido o una rareza comunista exótica, yo advertía:
“La diferencia entre China y cualquier otro país emergente es su conciencia de propósito. Tienen un proyecto nacional a 100 años.”
Entrevistado en la nota, Weiben lo dejó claro:
- Pesca oceánica estratégica
- Colonización marina y antártica
- Lanzamiento de satélites
- Investigación genética y energética
- Control demográfico inteligente
- Acuerdos de cooperación científica con Argentina en áreas que hoy siguen siendo clave (mar, espacio, biotecnología)
Todo eso estaba en curso. Pero Occidente solo veía “mano de obra barata”.
🌍 La Argentina se durmió. Y Occidente también.
“Lo que hoy llaman sorpresa geopolítica,
yo lo vi formarse hace casi 40 años.
Porque China no improvisa: ejecuta.”
🔹 ENTREGA 3: «El espíritu nace de la materia» — y también el poder
En la frase central de la nota, Weiben sintetiza el alma del pensamiento chino:
“El espíritu nace de la materia.”
Una idea revolucionaria:
El desarrollo espiritual no se opone al material, se construye sobre él.
Tecnología y cultura, ciencia y tradición, economía y cosmovisión no se excluyen —se integran.
Mientras Occidente separaba todo:
- Producción vs. ecología
- Tecnología vs. filosofía
- Estado vs. individuo
- Espíritu vs. cuerpo
China lo unificaba bajo una lógica ancestral y moderna a la vez.
🔚 Hoy, esa profecía es historia
La nota del 3 de abril de 1988 no fue una crónica diplomática.
Fue una advertencia visionaria.
Un documento anticipatorio que, como otros tantos que escribí, no fue oído en su momento, pero será leído en el futuro como brújula de lo que vendrá.
✍️ Roberto Gomes (ex jefe de redacción diario El Atlántico MDQ)
Arquitecto, periodista, ambientalista, activador de conciencia urbana.
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