118 – Extractos de Ramana Maharshi

118

 

Extractos del libro

«CONVERSACIONES CON SRI RAMANA MAHARSHI»

29/9/35 – Pág. 98

M: ¿Por qué piensa usted que está activo? Tome el burdo ejemplo de su llegada aquí. Partió de su hogar en coche, tomó un tren, bajó en la estación ferroviaria de aquí; allí entró en otro coche y se encontró en este Asramam. Cuando le preguntan usted dice que estuvo viajando todo el trayecto desde su ciudad. ¿Es verdad? ¿No es un hecho que durante todo el trayecto usted siguió como estaba y que sólo hubo movimientos de vehículos durante todo el trayecto? Así como esos movimientos se confunden con los suyos propios, lo mismo ocurre con las demás actividades. No son suyas de usted. Son actividades de Dios.

15/10/35 – Pág. 101

M: ¿Qué podría ser más concreto que el Yo? Está en la experiencia de cada uno a cada momento. ¿Por qué uno ha de tratar de atrapar algo fuera, desechando al Yo? Que cada uno trate de descubrir al Yo conocido en vez de buscar más allá algo desconocido?

7/11/35 – Pág. 107

M: A los objetos que los sentidos perciben se los menciona como de conocimiento inmediato. ¿Puede haber algo tan directo como el Yo, que se lo experimente siempre sin la ayuda de los sentidos? Las percepciones sensorias sólo pueden ser conocimiento indirecto, no conocimiento directo, como ocurre con la experiencia común de uno y de todos. No se necesita ayuda para conocer a nuestro propio Yo, o sea, para ser conscientes.

29/11/35 – Pág. 121

M: La Dicha no es algo que haya que obtener. Por otra parte, usted es siempre la Dicha. Ese deseo nace de la sensación de estar incompleto. ¿Para quién existe esa sensación de estar incompleto? Averígüelo. Usted está dichoso cuando duerme profundamente. Ahora no lo está. ¿Qué se interpuso entre esa Dicha y esta desdicha? El ego. Busque su origen y descubra que usted es la Dicha.

No hay nada nuevo que conseguir. Por otra parte, usted tiene que desprenderse de su ignorancia que le hace pensar que usted es distinto de la dicha. ¿Para quién existe esa ignorancia? Para el ego. Rastree el origen del ego. Entonces, el ego se pierde, y subsiste la Dicha. Es eterna. Usted es Eso, aquí y ahora… He aquí la llave maestra para resolver todas las dudas. Las dudas surgen de la mente. La mente nace del ego. El ego surge del Yo. Busque el origen del ego, y el Yo queda al descubierto. Subsiste eso solo. El universo es sólo el Yo expandido. No es diferente del Yo.

29/11/35 – Pág. 123

M: Así como la miel recogida de diferentes flores forma la masa de un panal, y cada gota no indica de dónde se la recogió, de igual modo sat sampannah en sueño profundo, muerte, etc., las personas no reconocen sus individualidades. Se deslizan de golpe en ese estado. Pero cuando despiertan, recuperan sus características individuales originales.

D: La miel, aunque se la recoja de diferente flores, es la masa en conjunto y no posee características individuales. Pero las partes individuales tampoco existen en las gotas y éstas no regresan a sus fuentes. Mientras que los individuos, después de entrar en el sueño profundo, despiertan individuos como antes. ¿Cómo es eso?

M: Así como los ríos que se descargan en el océano pierden sus individualidades, pero las aguas se evaporan y regresan como lluvia sobre las colinas y a través de ríos hacia el océano, de igual modo los individuos que se duermen pierden sus individualidades pero regresan como individuos según sus anteriores vasanas, de improviso. De manera que ni en la muerte se pierde a sat.

D: ¿Cómo puede ser eso?

M: Vea cómo un árbol al que le cortaron las ramas crece de nuevo. Crecerá mientras no sea afectada su fuente de vida. De modo parecido, los samskaras (anamnesis) se hunden en el corazón, al producirse la muerte; no perecen. A su debido tiempo, brotarán del corazón. Así es como los jivas renacen.

D: ¿Cómo brota el vasto universo de esos samskaras sutiles que se mantienen hundidos en el corazón?

M: Así como un baniano brota de una semilla minúscula, de igual modo el vasto universo, con sus nombres y sus formas, brota del corazón.

D: Si el origen es sat, ¿por qué no se lo percibe?

M: La sal es visible en un grano; es invisible cuando está disuelta. Empero, es el gusto que conoce su existencia. De modo parecido, aunque el intelecto no reconozca a sat, sin embargo se lo puede captar de distinta manera, o sea trascendentemente.

D: ¿Cómo?

M: Así como un hombre a quien los ladrones le vendaron los ojos y lo abandonaron en una selva averigua cuál es el camino que lo lleva a su casa y regresa a ésta, de igual modo el ignorante (cegado por la ignorancia) interroga a los que no están cegados, busca su propio origen y regresa a éste.

6/1/36 – Pág. 137

M: No existen grados de la Realidad. Para el jiva hay grados de experiencia, no grados de la Realidad. Si se puede obtener algo de nuevo, también se lo podría perder, mientras que el Absoluto es central: aquí y ahora.

D: Si eso es así, ¿cómo permanezco ignorante de él?

M: ¿Para quién existe esta ignorancia (este velo)? ¿El Absoluto le dice a usted que él está velado? Es el jiva quien dice que algo vela al Absoluto. Averigüe para quién existe esta ignorancia.

D: ¿Por qué hay imperfección en la Perfección? O sea, ¿cómo el Absoluto se tornó relativo?

M: ¿Para quién existe esta relatividad? ¿Para quién existe esta imperfección? El Absoluto no es imperfecto y no puede preguntar. Lo que es insensible no puede formular la pregunta. Entre los dos ha surgido algo que formula estas preguntas y siente esta duda. ¿Quién es? ¿Es el que ha surgido ahora? ¿O es el que es eterno?

Siendo perfecto, ¿por qué usted se juzga imperfecto? Eso es lo que enseñan todas las religiones. Cualesquiera que sean las experiencias, el dueño de la experiencia es uno, y es el mismo.

El «Yo» es purna: perfección. Cuando se está dormido no hay diversidad. Esto indica perfección.

D: Si soy perfecto, ¿por qué no lo siento?

M: Tampoco se siente la imperfección cuando se está dormido profundamente. Si el «Yo» es perfecto cuando está dormido, ¿por qué el «Yo» despierto se siente imperfecto? Porque el que se siente imperfecto es un hijo espurio, es una diferenciación del Infinito: es una segregación de Dios.

D: Yo soy el mismo en los tres estados. ¿Este ego me sumerge o yo soy quien se enreda en él?

M: ¿Surgió algo sin usted?

D: Yo soy siempre el mismo.

M: Esto parece haber surgido porque usted lo ve. ¿Usted percibe esta dificultad cuando está profundamente dormido? ¿Qué es nuevo ahora?

D: Los sentidos y la mente.

M: ¿Quién dice esto? ¿El que está dormido? Si esto es así, entonces él debería haber formulado la pregunta también estando profundamente dormido. Quien duerme ha perdido el control, algún vástago espurio se ha diferenciado y ahora habla.

¿Puede aparecer algo nuevo sin lo que es eterno y perfecto? Este género de disputa es eterna. No se involucre en ella. Vuélvase hacia adentro y ponga fin a todo esto. En las disputas no hay conclusión.

D: Muéstreme la Gracia que pone fin a todo este problema. No vine aquí para discutir. Sólo quiero aprender.

M: Primero aprenda quién es usted. Esto requiere sastras, no requiere erudición. Esto es simple experiencia. El estado de ser es ahora y aquí todo el tiempo. Usted ha perdido el control de usted mismo y pide a los demás que lo guíen. La finalidad de la filosofía es volverlo a usted hacia adentro. «Si conoces a tu Yo, ningún mal podrá sobrevenirte. Puesto que me lo pediste, te he enseñado.»

El ego sólo surge observándose usted (observando al Yo). Obsérvese y el ego desaparecerá. Hasta entonces el sabio estará diciendo: «Allí está». Y el ignorante estará preguntando: «¿Dónde?»

D: El quid de la cuestión radica en el «Conócete a Ti Mismo».

M: Sí. Es exactamente así.

23/1/36 – Pág. 146

D: No sé si el Yo es diferente del ego.

M: ¿Cómo estaba usted en su sueño profundo?

D: No lo sé.

M: ¿Quién no lo sabe? ¿No es el Yo vigil? ¿Usted niega que usted existe cuando está profundamente dormido?

D: Yo era y yo soy; pero no se quién era en el sueño profundo.

M: Exactamente. El hombre despierto dice que no conoció nada en el estado de sueño (descanso). Ahora ve los objetos y ve que él está allí; mientras que en sueño profundo no había objetos, ni espectador, etc. El mismo que ahora está hablando estuvo también en sueño profundo. ¿Cuál es la diferencia entre esos dos estados? Ahora hay objetos y el juego de los sentidos que no estaban en el sueño (descanso). Entretanto ha surgido un nuevo ente, el ego, que juega a través de los sentidos, ve los objetos, se confunde con el cuerpo y dice que el Yo es el ego. En realidad, lo que estaba en el sueño profundo sigue existiendo también ahora. El Yo es inmutable. El que se interpuso es el ego. Lo que surge y entra en ocaso es el ego; lo que queda inmutable es el Yo.

¿Para quién existe la ilusión? ¿Debe haber alguien al que haya que engañar? La ilusión es ignorancia. El Yo ignorante ve los objetos de acuerdo con usted. ¿Cómo podrá existir maya cuando los objetos mismos no están presentes? Maya es lo que no es. Lo que queda es el Yo verdadero. Si usted dice que ve los objetos, o si dice que no conoce a la Unidad Real, entonces hay dos yoes, uno es el que conoce, y el otro es el objeto cognoscible. Nadie admitirá dos yoes en sí mismo. El hombre despierto dice que él mismo dormía profundamente pero no estaba consciente. No dice que quien dormía fuera diferente del hombre actual. Sólo hay un Yo. Ese Yo está consciente siempre. Es inmutable. No hay nada, salvo el Yo.

26/1/36 – Pág. 149

M: Si hay una meta que alcanzar, ésta no puede ser permanente. La mente debe existir allí ya. Procuramos llegar a la meta con el ego, pero la meta existe antes que el ego. Lo que existe en la meta es incluso anterior a nuestro nacimiento, o sea, al nacimiento del ego. El ego parece que también existe porque nosotros existimos.

Si al yo lo miramos como el ego, entonces nos convertimos en el ego, si lo miramos como la mente nos convertimos en la mente, y si lo miramos como el cuerpo nos convertimos en el cuerpo. El pensamiento es el que crea envolturas de tantos modos. Se descubre que en el agua se está moviendo la sombra. ¿Habrá alguien capaz de detener el movimiento de esa sombra? Si cesase de moverse, entonces no repararíamos en el agua sino solamente en la luz. De modo parecido no repare en el ego ni en el accionar de éste; vea sólo la luz que está detrás. El ego es el pensamiento del Yo. El verdadero «Yo» es el Yo.

D: Ese es un paso hacia la Realización.

M: La Realización ya está allí. El estado libre de pensamiento es el único estado real. La realización no existe como una acción. ¿Hay alguien que no esté captando al Yo? ¿Hay alguien que niegue su propia existencia? Hablando de comprensión; ésta implica dos yoes: uno, el que comprende; el otro, el que sea comprendido. Una vez que admitimos nuestra existencia, ¿cómo es que no conoceremos a nuestro Yo?

D: Debido a los pensamientos: debido a la mente.

M: Así es exactamente. Es la mente la que está en el medio y la que vela nuestra felicidad. ¿Cómo sabemos que existimos? Si usted dice que eso se debe al mundo que nos rodea, entonces, ¿cómo sabe usted que usted existía estando profundamente dormido?

D: ¿Cómo hay que librarse de la mente?

M: ¿Es la mente la que quiere matarse? La mente no puede matarse. Por eso, lo que usted tiene que hacer es descubrir la naturaleza real de la mente. Entonces usted sabrá que no hay mente. Cuando se busca al Yo, la mente no existe en ninguna parte. Uno no necesita preocuparse por la mente cuando permanece en el Yo.

El ego se parece a nuestra sombra proyectada sobre el suelo. Si uno intenta sepultarla, eso sería una tontería. El Yo es único. Si se lo limita, es el ego. Si es ilimitado, es infinito y es la Realidad.

Las burbujas son diferentes entre sí, y son numerosas, pero el océano es uno solo. De modo parecido, los egos son muchos, mientras que el Yo es uno y único.

Cuando le digan que usted no es el ego, capte la Realidad. ¿Por qué aún se identifica con el ego? Eso se parece a decir: «No piense en el mono mientras toma su medicina»; es imposible. De modo parecido ocurre con la gente corriente. Cuando le mencionan a la Realidad, ¿por qué usted sigue meditando sobre Sivoham? Se deberá rastrear y comprender el significado. No basta con repetir sólo las palabras o con pensar sólo en ellas.

La realidad es simplemente la pérdida del ego. Destruya al ego hundiendo su identidad. El ego desaparecerá automáticamente porque el ego no es un ente, y la Realidad refulgirá por sí sola. Este es el método directo. Mientras que todos los demás métodos se cumplen reteniendo el ego. En esos senderos surgen muchas dudas y finalmente queda por resolver la cuestión final. Pero en este método la cuestión final es la única y se la formula desde el principio mismo. No son necesarios los sadhanas para dedicarse a esta búsqueda.

No hay un misterio mayor que éste: o sea, al ser nosotros la Realidad, procuramos obtener la realidad. Creemos que hay algo que oculta nuestra Realidad y que se lo deberá destruir antes de obtener la Realidad. Eso es ridículo. Llegará un día en que usted se reirá de sus esfuerzos pasados. Lo que existirá el día en que usted ría también existe aquí y ahora.

D: ¿De modo que se trata de un juego de ficciones?

M: Sí. En el Yoga Vasishtha se dice: «Lo que es Real se oculta de nosotros, pero lo que es falso se revela como verdadero». En realidad sólo estamos experimentando a la Realidad; empero no la conocemos. ¿Este no es un enigma de enigmas?

9/6/36 – Pág. 186

M: ¿Cómo medita usted?

D: Empiezo preguntándome: «¿Quién soy yo?», eliminando al cuerpo como que no es el Yo, a la respiración como que no es el Yo y a la mente como que no es el Yo, pero no puedo seguir más allá.

M: Bien, eso es en lo que atañe al intelecto. Su proceso es sólo intelectual. En realidad, todas las Escrituras mencionan al proceso sólo para guiar al buscador para que conozca a la Verdad. A la Verdad no se la puede señalar directamente. De allí este proceso intelectual.

Observe esto: quien elimina a todos los yoes que no son, no puede eliminar al «yo». Para decir «Yo no soy esto» o «Yo soy aquello» debe existir el «yo». Este «yo» es solamente el ego, o el pensamiento del «yo». Después que este pensamiento del «yo» surge, surgen todos los demás pensamientos. Por tanto, el pensamiento del «yo» es el pensamiento raíz. Si arranca la raíz, arrancará al mismo tiempo a todos los demás. Por tanto, vea al «yo» raíz, pregúntese: «¿Quien soy yo?»; averigüe su origen. Entonces, todo desaparecerá, y el Yo puro permanecerá eternamente.

D: ¿Cómo he de hacerlo?

M: El «Yo» está allí siempre: en el sueño profundo, en los sueños y en la vigilia. Quien está dormido es el mismo que ahora habla. Existe siempre la percepción del «Yo». De lo contrario ¿usted niega su existencia? No la niega. Usted dice: «Yo soy». Averigüe quién es.

D: Aún así , no comprendo. Usted dice que «yo» es ahora el «yo» equivocado. ¿Cómo he de eliminar a este «yo» equivocado?

M: Usted no necesita eliminar al «yo» equivocado. El «yo» ¿cómo podrá eliminarse? … Todo lo que usted necesita es averiguar su origen y permanecer allí. Sus esfuerzos sólo pueden extenderse hasta allí. Luego, será el Más Allá el que cuide de sí mismo. Allí usted está desamparado. Ningún esfuerzo llega hasta allí.

D: Si «Yo» existo siempre, aquí y ahora, ¿por qué no lo percibo?

M: Eso es. ¿Quién dice que no lo percibe? ¿Lo dice el «Yo» real o el «yo» falso? Examine eso. Descubrirá que es el «yo» equivocado. El «yo» equivocado es la obstrucción. Tiene que ser eliminado a fin de que el «Yo» verdadero no pueda ocultarse. El sentimiento de que yo no lo he realizado es la obstrucción hacia la realización. De hecho, ya está realizado; no hay nada más que realizar. De lo contrario, la realización será nueva; no existió hasta aquí, deberá tener lugar después. Lo que nació morirá también. Si la realización no es eterna, no vale la pena tenerla. Por tanto, lo que buscamos no es lo que deba suceder de nuevo.

Es sólo lo eterno pero que no se conoce debido a las obstrucciones; eso es lo que buscamos. Todo lo que necesitamos hacer es eliminar esa obstrucción. Lo eterno no se conoce como tal debido a la ignorancia. Lo que obstruye es la ignorancia. Deshágase de esta ignorancia y todo andará bien. La ignorancia es idéntica al pensamiento del «yo». Encuentre su origen y desaparecerá.

El pensamiento del «yo» se parece a un espíritu que, aunque no sea palpable, surge simultáneamente con el cuerpo, medra y desaparece con éste. La consciencia del cuerpo es el «yo» equivocado. Renuncie a esta conciencia del cuerpo. Esto se realiza buscando el origen del «Yo». No es el cuerpo el que dice «Yo soy». ¡Es usted que dice «Yo soy el cuerpo»! Averigüe quién es este «yo». Al buscar su origen, este «yo» desaparecerá.
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Quiero ser mas iluminado. ¿No he de tratar de efectuar esfuerzo alguno?

Ahora le es imposible estar sin esfuerzo. Cuando usted profundiza, le es imposible hacer esfuerzo.

§ ¿Cuál es la diferencia entre la meditación y el samadhi o la absorción en el yo?

La meditación es iniciada y sostenida por un esfuerzo consciente de la mente. Cuando tal esfuerzo se apacigua enteramente, se llama samadhi.

§ La meditación es una lucha. Tan pronto usted empieza la meditación, otros pensamientos se apiñan, juntan fuerza y tratan de avasallar al único pensamiento al que usted trata de agarrarse. Este pensamiento deberá gradualmente ganar fuerza mediante práctica repetida. Cuando se fortalezca, los otros pensamientos serán puestos en fuga. Esta es la batalla que continúa siempre en la meditación.

§ Mientras dura el ego es necesario el esfuerzo. Cuando el ego cesa de existir, las acciones se vuelven espontáneas. Nadie triunfa sin esfuerzo. El control mental no es su derecho de nacimiento. Los pocos que triunfan deben su buen éxito a la perseverancia. El esfuerzo es necesario hasta el estado de Realización. Aún entonces, el Yo ha de volverse evidente espontáneamente; de otro modo, la felicidad no será completa. Hasta ese estado de espontaneidad, deberá haber esfuerzo en una forma u otra.

§ Es bien sabido y admitido que sólo con la ayuda de la mente, la mente puede ser matada. Pero en vez de ponerme a decir que hay una mente y que yo quiero matarla, usted empieza a buscar su fuente y descubre que ésta no existe. La mente vuelta hacia fuera da por resultado pensamientos y objetos. Vuelta hacia adentro, se convierte en el Yo.

§ Mediante investigación firme y continua dentro de la naturaleza de la mente, la mente se transforma en Eso a lo cual el “Yo” se refiere; y de hecho eso es el Yo. La mente tiene que depender necesariamente, para su existencia, de algo burdo; nunca subsiste por sí.

§ Indagar: “¿Quién soy yo que estoy en la esclavitud?” y así conocer la propia naturaleza real es la única Liberación. Mantener la mente constantemente vuelta hacia dentro y permanecer así en el Yo es la única indagación del Yo.

§ Otros pensamientos surgen violentamente cuando uno intenta la meditación.

Sí, en la meditación surge toda clase de pensamientos; pues lo que esta escondido en usted es sacado fuera. A no ser que surja, ¿cómo podrá ser destruido?. Los pensamientos surjen espontáneamente, pero sólo para ser extinguidos oportunamente, fortaleciendo así a la mente.

§ A menudo, Bhagaván ha dicho que uno deberá rechazar los otros pensamientos cuando inica la indagación, pero los pensamientos son interminables. Si es rechazado un pensamiento, surge otro y no parece que haya fin.

No digo que usted deba seguir rechazando pensamientos. Si se apega a usted mismo, al pensamiento del “yo”, y su interés le mantiene en ese solo pensamiento, otros pensamientos serán rechazados y desaparecerán automáticamente.

§ Si “yo” soy siempre, aquí y ahora, ¿porqué no lo siento así?

Usted ya esta realizado. No hay nada más a realizar. Si lo hubiera, la realización sería algo nuevo que no existió aún, pero que iba a producirse en el futuro; pero cuanto nazca, también morirá. Si la realización no es eterna, no es digna de tenerla. Por tanto, lo que buscamos no es algo que deba empezar a existir sino sólo lo que es eterno pero está velado de nosostros por obstrucciones. Todo lo que necesitamos es eliminar la obstrucción. Lo que es eterno no es reconocido como tal debido a la ignorancia. Ignorancia es obstrucción. Líbrese de ella y todo estará bien. Esta ignorancia es idéntica al pensamiento del “yo”. Busque su fuente y desaparecerá.

§ ¿Como se apacigua la mente?

Indagando «¿Quién soy Yo?». El pensamiento «¿quién soy Yo?» destruirá todos los demás pensamientos, y al igual que la estaca utilizada para remover la pira funeraria, también acabará destruyéndose. En ese momento surgirá la Realización del Ser.

§ ¿Cuál es la forma de asirse constantemente al pensamiento «¿Quién soy Yo?»

Cuando surjan pensamientos, no hay que perseguirlos, sino preguntarse: «¿A Quién surgen? No importa cuantos pensamientos aparezcan. En la medida en que lo vayan haciendo, hay que indagar con diligencia, «¿A quién surge este pensamiento?». La respuesta que emergerá, será «A mí». Por consiguiente, si uno se pregunta «¿Quién soy Yo?», la mente se remontará a su origen, y el pensamiento que surgió se aquietará. Mediante una práctica repetida de esta manera, la mente desarrollará la habilidad de permanecer en su origen.

§ ¿No existe ningún otro medio de tranquilizar la mente?

Aparte de la indagación, no existen otros medios adecuados. Si se busca controlar la mente a través de otros medios, parecerá que está controlada, pero se manifestará de nuevo. También por medio del control de la respiración, la mente se tranquilizará, pero sólo mientras dure este control, y cuando se reanude la respiración, la mente también comenzará de nuevo a agitarse y a vagar impulsada por las impresiones residuales. El origen de la mente y la respiración es el mismo. El pensamiento, indudablemente, es la naturaleza de la mente. El pensamiento «Yo» es el primero que surge en la mente, y esto es el ego. Del mismo lugar que se origina el ego, también se origina la mente. De modo que, cuando la mente se tranquiliza, se controla la respiración, y cuando se controla la respiración, se aquieta la mente. La respiración es la forma burda de la mente. Por lo tanto, el ejercicio de controlar la respiración no es más que una ayuda para tranquilizar la mente, no la destruirá.

Al igual que la práctica de control de la respiración, la meditación en las formas de Dios, la repetición de mantras, la restricción en la alimentación, etc., no son más que ayudas para tranquilizar la mente.

§ Las impresiones residuales (pensamientos) de los objetos aparecen como las olas del mar. ¿Cuando se destruirán todas ellas?

Según se va haciendo cada vez más elevada la Indagación del Ser, los pensamientos quedan destruidos.

§ ¿Cuál es la naturaleza del Ser?

Lo que realmente existe, es sólo el Ser. El mundo, el alma individual y Dios, son apariencias en él. El Ser es aquello donde no aparece absolutamente ningún pensamiento «Yo». Eso se denomina «Silencio». El Ser mismo es el mundo; el Ser mismo es el «Yo»; el Ser mismo es Dios; todo es el Ser.

§ ¿Qué se entiende por dhyana (meditación)?

Es morar como el propio Ser de uno sin desviarse en forma alguna de la propia naturaleza y sin tener la idea de que se está meditando. Como en esta condición la persona no está en absoluto consciente de los diferentes estados (vigilia, sueño, etc.), el sueño (perceptible) aquí también se considera como dhyana.

§ ¿Cuáles son los factores que hay que tener en cuenta en dhyana?

Es importante que aquel que se establece en su Ser (atma nishta), trate de evitar desviarse en lo más mínimo de este estado de absorción. Si se desvía de su verdadera naturaleza, puede ver ante sí resplandores brillantes, etc., oír sonidos (inusuales) o aceptar como reales las visiones de dioses que aparecen dentro o fuera de él. No debe dejarse engañar por esto, y tiene que olvidarse a sí mismo.

§ ¿Cuáles son las reglas de conducta que debe seguir un aspirante espiritual?

Moderación en el alimento, en el sueño y en el habla.

§ ¿Durante cuánto tiempo hay que practicar?

Hasta que la mente alcance, sin esfuerzo, su estado natural de libertad conceptual, es decir, hasta que deje de existir el concepto de «Yo» y «mío».
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«El 29 de diciembre de 1879, en un pueblo del sur de la India llamado Tirushuzhi, mientras sus paisanos acudían a festejar a Shiva Natarajam, (era la festividad del nacimiento de Shiva), nació un niño que recibió el nombre de Venkataraman. Con el tiempo, este niño nacido en el solsticio de invierno sería para los indios Sri Ramana Maharshi y para sus adeptos más fieles y devotos Bhagavân, el Señor. A los diecisiete años, ocurrió un suceso que marcaría para siempre la vida de Venkataraman y que su protagonista cuenta del modo siguiente: «Fue algo súbito. Estaba sentado solo en una habitación del primer piso de la casa de mi tía. Rara vez estaba enfermo y ese día me sentía con perfecta salud. De pronto, me sobrecogió un violento miedo a la muerte. Nada en el estado de mi salud justificaba este hecho, ni traté de hallar una explicación de mi inesperado temor. Sólo sentí: Voy a morirme. Y pensé qué podía hacer en esa situación. No se me ocurrió consultar al médico ni a mis parientes o amigos. Sentí que debía resolver el problema yo mismo, allí mismo. El choque del miedo a la muerte me provocó una intensa interiorización y me dije: «Ha llegado mi hora. ¿Qué significa esto? ¿Qué es lo que va a morir? Este cuerpo se muere. En seguida, dramaticé el suceso de la muerte. Yacía con los miembros extendidos, como si a estuvieran agarrotados por el «rigor mortis». Imité incluso la posición de un cadáver para dar más realismo a mi indagación. Contuve el aliento y mantuve los labios fuertemente apretados, sin pronunciar una sola palabra, ni siquiera la palabra «yo». me dije «Este cuerpo está muerto. será llevado al campo crematorio y reducido a cenizas. Pero ¿acaso estoy yo muerto? Estoy silencioso e inerte pero siento la fuerza de mi personalidad y hasta la voz del «yo» dentro de mí, como algo distinto de mí mismo. Por tanto soy un «atman» que trasciende al cuerpo. El cuerpo muere, pero el «atman» no puede ser tocado por la muerte. Eso significa que soy un «atman» inmortal». Todo esto no fue un mero pensamiento. Me atravesó como un rayo resplandeciente, con tan vívido fulgor como una verdad viviente que se percibe directamente, sin pensamientos. Toda la actividad consciente que se relacionaba con mi cuerpo estaba concentrada en aquel «yo» que era lo único real para mí. Aquel «yo» o «atman» centraba la atención sobre sí mismo con una poderosa fascinación. El temor a la muerte había desaparecido por completo. Desde aquel momento, la absorción en el «atman» prosiguió sin interrupción alguna durante toda mi existencia. Otros pensamientos aparecían y desaparecían como las notas de una melodía, pero aquel «yo» continuaba presente como la nota fundamental que subyace a todas las notas. Aunque el cuerpo se ocupara en charlar, leer o en cualquier otra cosa, la mente seguía siempre concentrada en el «yo»».

(Día a día con Bhagavân. Prólogo, p. 11)
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UPADESHA SAAR
SRI RAMANA MAHARSHI

KARMA YOGA

1.- Conforme a las leyes del Señor, se obtienen los frutos de la acción. Entonces ¿cómo es la acción lo supremo? No lo es, pues la acción es inerte.

2.- En el vasto océano de las acciones, el resultado impermanente ocasiona la caída del hombre y constituye una barrera para el progreso.

3.- Las acciones que se realizan con una actitud de dedicación al Señor, sin apego al resultado, purifican la mente y son un medio para obtener la liberación.
BHAKTI YOGA

4.- Las acciones realizadas con el cuerpo (puja), el habla (japa) y la mente (contemplación) son consecutivamente superiores una respecto a otra.

5.- Servir al mundo con la actitud de servir al Señor es la verdadera adoración Señor, que es quien gobierna las ocho formas.

6.- Pronunciar o cantar las glorias del Señor es bueno. Pero es superior el japa en voz alta. Es mejor aún el japa en voz baja. Y superior al japa en voz baja es el japa hecho mentalmente. El japa mental es el mejor.

7.- La contemplación ininterrumpida del Señor, que es semejante a un río de ghi y como el flujo de un arroyo, es superior a la contemplación interrumpida.

8.- La contemplación sin dualidad, en la que «El es yo», se considera muy sagrada, y superior a la contemplación dual.

9.-Mediante el fortalecimiento del pensamiento «Yo soy El» se consigue una firme permanencia en el Principio de Existencia, libre de cualquier modificación del pensamiento. Esta es la devoción suprema.

10.- Se ha aseverado que la meta del yoga de la acción, de la devoción, del ashtanga yoga y del yoga del conocimiento, es la permanencia de la mente en el corazón.
DHYANA YOGA

11.- Mediante el control de los pranas, es posible absorber la mente, Este es un medio para contener a la mente, semejante a la red que se usa para atrapar a un pájaro.

12.- La mente y los pranas están, respectivamente, dotados de conciencia y de poder de actividad. Estas son las dos ramas del poder básico único del Señor.

13.- La absorción de la mente (manolaya) y la destrucción de la misma (manonash) ocurren con la restricción de ambos. La mente absorta retorna, mas no así la mente aniquilada.

14.-La mente que consigue absorberse mediante el control de los pranas, queda destruida por medio de la contemplación del Uno.

15.- ¿Existe algún deber para aquel elevado yogui cuya mente ha sido aniquilada? Ninguno, pues ha congestivo morar en el Yo.

16.- La mente retirada de los objetos se ve a si misma como Conciencia, y tal es la visión de la Realidad.
GÑANA YOGA

17.-Al indagar acerca de «que es la mente» nos damos cuenta que no existe nada real llamado mente. Y este sendero es directo, inmediato.

18.- Los pensamientos constituyen la mente. Todos los pensamientos dependen del pensamiento «yo». En consecuencia, la mente es el pensamiento «yo».

19.- ¿De donde surge este pensamiento «yo»? Para el que indaga de esta forma el ahamkara cae. Tal es la indagación acerca del Yo.

20.- Cuando el ego es destruido, el Yo, que es la Existencia suprema Infinita, brilla por si mismo como Atman.

21.- Cuando se funden el yo individual y el Yo total, este Yo indicado con la palabra Aham, Yo, refulge debido a su indestructible existencia.

22.- Yo soy la Existencia Una, no el cuerpo, los sentidos, aires vitales, intelecto e ignorancia, pues ellos son inertes y de hecho, inexistentes.

23.- ¿Existe otra conciencia que ilumina la existencia? No la hay, pues la existencia es conciencia y la Conciencia solo es el Ser.

24.- Desde el punto de vista del instrumento material y sutil, existe diferencia entre el jiva e Ishvara, pero desde el punto de vista de su verdadera naturaleza, solo existe la Realidad Suprema.

25.- Quien abandona los condicionamientos, obtiene la realización de sí mismo. La visión del Señor como el Ser es la verdadera realización de Dios.

26.- Puesto que el Yo no es dual, solo morar en el Yo es la visión del Yo, y sólo esto se conoce como morar firmemente en el Yo.

27.- La conciencia carece del pensamiento de conocimiento y del pensamiento de la ignorancia de los objetos. ¿Hay algún conocimiento distinto de la conciencia para conocer el Yo?

28.-«¿Cual es mi naturaleza?» Indagando de este modo realizamos el Yo y llegamos a saber: «Soy conciencia bienaventuranza, plena, sin declinación ni nacimiento».

29.-En este mundo unos cuantos individuos con cualidades divinas logran la felicidad suprema que está más alla de la esclavitud y la liberación.

30.-Esta autoindagación, carente de ego, es una gran austeridad que revela el Yo. Esta es la verdad autorrealizada expresada por el sabio Ramana.
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EL SENTIDO DEL YO (ATMA VICHARA)
SRI RAMANA MAHARSHI

¿El sentido del «yo» no es natural a todos los seres, puesto que lo enuncian corrientemente en expresiones como «Yo venía», «Yo iba», «Yo hacía» o «Yo era»? Por la reflexión descubrimos que el «Yo» es identificado con el cuerpo, porque los movimientos y funciones similares son lo propio del cuerpo. Pero, ¿el cuerpo puede ser esta «consciencia del Yo»? Él no existía antes del nacimiento, está compuesto de los cinco elementos, está ausente durante el sueño, y, finalmente, se convierte en un cadáver. No, eso es imposible. Ese sentido del «yo» que emana del cuerpo es por otra parte denominado ego, ignorancia, ilusión, impureza, o sí individual. El propósito de todas las Escrituras es esta búsqueda (del Sí mismo).

Se dice que la aniquilación del sentido del ego es la Liberación. ¿Cómo se puede desde entonces permanecer indiferente a esta enseñanza? El cuerpo, que es tan insensible como un trozo de madera, ¿puede brillar y actuar en tanto que «yo»? No. Por consiguiente, dejad de lado ese cuerpo insensible como si fuera verdaderamente un cadáver. No murmuréis siquiera «yo», sino investigad con agudeza en vosotros lo que es ese «yo» que brilla ahora en vuestro corazón. Bajo la ola incesante de los diferentes pensamientos, surge la consciencia continua, ininterrumpida, silenciosa y espontánea del «Sí», en el fondo del corazón. Si se lo aprehende y se permanece tranquilo aniquilará completamente el sentido del «Yo» en el cuerpo y desaparecerá el mismo como alcanfor quemado. Los Sabios y las Escrituras proclaman que esto es La Liberación.

El velo de la ignorancia no puede nunca ocultar completamente al Sí Mismo ¿Cómo podría hacerlo? Incluso el ignorante no puede dejar de decir «Yo». Ese velo oculta solamente la realidad de «yo soy el Sí Mismo» o de «yo soy pura Consciencia», y hace confundir el «yo» con el cuerpo.
El Sí Mismo resplandece por sí mismo. No hay ninguna necesidad de darle de algún modo una imagen mental. El pensamiento que lo concibe es él mismo una condición limitativa, porque el Sí Mismo es el Esplendor que trasciende oscuridad y luz; no se lo puede concebir con la mente (manas).Tal imagen entraña una limitación, mientras que el Sí Mismo brilla espontáneamente en tanto que Absoluto. Esta búsqueda del Sí Mismo por la meditación adoradora cambia hacia el estado de reabsorción de la mente en el Sí Mismo y conduce a la Liberación y a la Felicidad absoluta. Los grandes Sabios han declarado que la Liberación no podía ser alcanzada más que con la ayuda de esta investigación adoradora del Sí Mismo. Siendo el ego bajo la forma del pensamiento, «yo» (ahankâra), la raíz del árbol de la ilusión, su destrucción abate la ilusión lo mismo que se abate un árbol cuando se le cortan las raíces. Este método simple de aniquilación del ego es el único digno de ser denominado bhakti (vía de amor), jnâna (conocimiento), yoga (unión) o dhyâna (meditación). En la consciencia «Yo soy el cuerpo» están contenidos los tres cuerpos constituídos por las cinco envolturas. Si este modo de consciencia es eliminado, todo el resto cae por ello mismo; todos los otros cuerpos dependen de él.
No es necesario eliminarlos separadamente, porque las Escrituras declaran que solamente el pensamiento es el lazo que los retiene. Finalmente, las Escrituras afirman que el mejor método es someter a Él, al Si Mismo, la mente o lo mental bajo la forma del pensamiento «yo» y, guardando una tranquilidad absoluta, no olvidarse de Él.
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LOS DIVERSOS CAMINOS
SRI RAMANA MAHARSHI

Pregunta: ¿Qué es el Yoga?

Bhagaván: El Yoga (unión) es necesario para quien está en el estado de viyoga (separación). Pero realmente hay Uno solo. Si usted realiza al Yo (Atman), no habrá diferencia.

P.: ¿Hay alguna eficacia en bañarse en el Ganges?

B.: El Ganges está dentro de usted. Báñese en este Ganges; no le hará temblar de frío.

P.: ¿Hemos de leer a veces el Bhagavad Gita?

B.: Siempre.

P.: ¿Podemos leer la Biblia?

B.: La Biblia y el Gita son lo mismo.

P.: La Biblia enseña que el hombre nace en el pecado.

B.: El hombre es el pecado. No hay sensación de ser hombre en el Sueño profundo. El pensamiento del cuerpo produce la idea del pecado. El nacimiento del pensamiento mismo es el pecado.

P.: La Biblia dice que el alma humana puede perderse.

B.: El pensamiento del «yo» es el ego y eso se pierde. El «yo» real es «Yo soy el que soy».

P.: Hay un breve relato de las experiencias espirituales de Santa Teresa, en el número de marzo del Prabudha Bharata. Ella era devota de una imagen de la Virgen que cobró vida ante su vista y estuvo arrobada. ¿Esto es lo mismo que sakti pada?

B.: La imagen que cobró vida indica la hondura de la meditación (dhyana bala). El sakti pada prepara la mente para la introversión. Hay un proceso de concentración de la mente sobre la propia sombra que oportunamente cobra vida y responde a las preguntas que se le formulan. Esto se debe a la fuerza de la mente o a la hondura de la meditación. Lo que es externo es también transitorio. Tales fenómenos pueden producir júbilo por un lapso, pero el resultado no es la paz inmanente (shanti). Eso sólo se obtiene mediante eliminación de avidya (la ignorancia)

P.: ¿No podemos ver a Dios en forma concreta?

B.: Sí, Dios se ve en la mente. Puede verse una forma concreta pero, sin embargo, eso es sólo en la mente del devoto. La forma y la apariencia en que Dios se manifiesta son determinadas por la mente del devoto. Pero esa no es la última experiencia. En ello hay un sentido de dualidad. Es como un sueño o una visión. Después que Dios es percibido, empieza la indagación del Yo y eso conduce a la Realización del Yo. La indagación del Yo es la ruta última.

P.: ¿Cuál es la mejor de todas las religiones? ¿Cuál es el método de Bhagaván?

B.: Todos los métodos y religiones son los mismos.

P.: Pero para alcanzar la liberación enséñanse diferentes métodos.

B.: ¿Por qué no ha de ser liberado usted? ¿Por qué no ha de permanecer como es usted ahora?

P.: Quiero librarme del dolor. Se dice que librarse del dolor es liberación. Eso es lo que enseñan todas las religiones. ¿Pero cuál es el método?

B.: Vuelva por el camino por donde vino.

P.: ¿De dónde vine yo?

B.: Eso es precisamente lo que usted tiene que averiguar. ¿Estas preguntas surgieron cuando usted estaba dormido? Y sin embargo usted entonces existía. ¿No era usted la misma persona?

P.: Sí, yo existía en el sueño. También la mente. Pero los sentidos se fundieron de tal modo que yo no podía hablar.

B.: ¿Usted es el individuo? ¿Usted es la mente? ¿La mente se anunció a usted cuando usted estaba dormido?

P.. No. Pero las autoridades dicen que la individualidad es diferente de Dios.

B.: No se preocupe por Dios; hable por usted.

P.: ¿Qué sobre mi? ¿Quién soy yo?

B.: Eso es precisamente lo que usted tiene que averiguar. Entonces lo sabrá todo. Si no lo hace, entonces habrá tiempo bastante para preguntar.

P: Cuando me despierto, veo al mundo, y no estoy para nada cambiado.

B.: Pero usted no sabe esto cuando está dormido. Y sin embargo usted existe en ambos estados. ¿Quién ha cambiado ahora? ¿Su naturaleza ha de cambiar o ha de permanecer inmutable?

P.: ¿Cuál es la prueba?

B.: ¿Necesita uno la prueba de su propio ser? Sólo permanezca consciente de usted y todo lo demás se sabrá.

P.: ¿Por qué entonces los dualistas y los no-dualistas disputan entre ellos?

B.: Si cada uno atendiese sus asuntos (de buscar la Realización), no habría disputa.

P.: ¿La experiencia del estado supremo es la misma para todos, o hay alguna diferencia?

B.: El estado supremo es el mismo y la experiencia es la misma.

P.: Pero encuentro alguna diferencia en la interpretación dada sobre la verdad Suprema.

B.: Las interpretaciones se hacen con la mente. Las mentes son diferentes, de modo que las interpretaciones también difieren.

P.: Quiere decir que los videntes se expresan de modos diferentes.

B.: Sus modos de expresión pueden diferir según la naturaleza de los videntes para cuya guía se proponen.

P.: Uno habla en términos de Cristianismo, otro en términos de Islamismo, un tercero en términos de Budismo, etc. ¿Esto se debe a su educación?

B.: Cualquiera sea la educación de ellos, su experiencia es la misma. Sólo difieren los modos de expresión, según las circunstancias.

P.: Diferentes maestros establecieron diferentes escuelas y proclamaron diferentes verdades y así confundieron a la gente. ¿Por qué?

B.: Todos enseñaron la misma verdad pero desde diferentes puntos de vista. Tales diferencias fueron necesarias para satisfacer las necesidades de diferentes mentalidades constituidas diversamente, pero todas revelan la misma verdad.

P.: Puesto que recomendaron senderos diferentes, ¿cuál es el que hay que seguir?

B.: Usted habla de senderos como si estuviera en alguna parte y el Atman en otra y usted tuviera que ir a alcanzarle. Pero de hecho el Atman está aquí y ahora, y usted es él siempre. Es como estar aquí y preguntar a la gente el camino hacia el Ramanasramam y luego quejarse de que cada uno muestra un sendero diferente y pregunta cuál habrá que seguir.

P.: ¿Por qué las religiones hablan de dioses, cielo, infierno, etcétera?

B.: Sólo para hacer comprender a la gente que se iguala con este mundo y que sólo el Atman es real. Las religiones son según el punto de vista del buscador. (Tome el Bhagavad Gita, por ejemplo; cuando Arjuna dijo que no lucharía contra sus parientes y mayores, a fin de matarlos y ganar el reino, Sri Krishna dijo: «No es que éstos, tú o yo, no estuviéramos antes, no estemos ahora, ni estemos después. Ninguno nació, ninguno murió, ni será así después», etcétera. Después, al desarrollar el tema y declarar que El había dado la misma instrucción al Sol, a través de él a Ikshvaku, etc., Arjuna planteó la duda: «¿Cómo puede ser eso? Tú naciste hace unos pocos años. Ellos vivieron hace edades.» Entonces, Sri Krishna, entendiendo el punto de vista de Arjuna, dijo: «Sí, ha habido muchas encarnaciones de mí y de ti; yo las conozco todas, pero tú no.») Tales afirmaciones parecen contradictorias, pero ambas son correctas según el punto de vista de quien interroga. Cristo también declaró que El existía incluso antes de Abraham.

P.: ¿Cuál es la finalidad de tales descripciones en la religión?

B.: Sólo para establecer la realidad del Atman.

P.: Bhagaván siempre habla desde el punto de vista supremo.

B.: (sonriendo): La gente no entenderá la verdad desnuda y simple: la verdad de todos los días, la experiencia siempre presente y eterna. Esa es la verdad del Yo. ¿Hay alguien no consciente del (Yo) Atman? Empero, ni siquiera gustan oír de él, mientras que ansían saber qué hay más allá: cielo e infierno y renacimiento. Porque aman el misterio y no la verdad lisa y llana, las religiones los miman, sólo para traerlos, al final, en torno del Atman. Además, por mucho que usted vague, deberá regresar, en última instancia, al Atman, de modo que ¿por qué no morar en el Atman aquí y ahora?

Todas las escrituras tienden solamente a hacer que el hombre recorra otra vez sus pasos hasta su fuente original. No necesita adquirir nada nuevo. Sólo tiene que renunciar a las ideas falsas y a las adherencias inútiles. Sin embargo, en vez de hacer esto, trata de captar algo extraño y misterioso porque cree que su felicidad está en otra parte. Ese es el error. Todas las escrituras sin excepción proclaman que, para alcanzar la salvación, ha de someterse la mente. Y una vez que } uno sabe que el control de la mente es su aspiración final, es fútil efectuar un estudio interminable de aquellas. Lo que se necesita para tal control es indagación real en uno mismo mediante la Indagación del Atman: «¿Quién soy yo?» ¿Cómo puede esta indagación en la búsqueda del Yo, formularse por medio de un estudio de las Escrituras?

Uno ha de realizar el Yo mediante el Ojo de la Sabiduría. ¿Rama necesita un espejo para reconocerse como Rama? Aquello a lo cual el «yo» se refiere está dentro de las cinco envolturas, mientras las Escrituras están fuera de ellas. Por tanto, es fútil buscar por medio del estudio de las escrituras; El Atman ha de ser realizado rechazando simplemente incluso las cinco envolturas.

Indagar sobre Quién es el Yo que está en la esclavitud y conocer sólo la propia naturaleza real es la Liberación. Mantener la mente vuelta constantemente hacia dentro y morar así en el Atman es sólo Atmavichara (indagación del Yo), mientras dhyana (meditación), consiste en la contemplación ferviente del Atman como Sat-Chit-Ananda (Ser-Consciencia-Beatitud). En verdad en algún momento, uno tendrá que olvidar todo lo que ha aprendido.

El Hombre Realizado avanza como Aquello a lo cual se refieren todos los atributos enumerados por las Escrituras. Por tanto, para él, estos textos sagrados no son de ninguna utilidad.
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LA NATURALEZA DE LO MENTAL
SRI RAMANA MAHARSHI

Según las Escrituras hindúes, una entidad denominada manas, la «mente», es formada en relación con la esencia sutil del alimento consumido; esta entidad se expresa por el amor, el odio, el deseo, la cólera, etc…, ella es el conjunto del espíritu, del intelecto, del deseo y del ego; a pesar de funciones tan diversas, toma el nombre génerico de «mente» y nosotros la objetivamos como cosas insensitivas que conocemos; bien que ella misma insensitiva, esta entidad parece ser sensitiva por el hecho de su asociación con la Conciencia, lo mismo que un hierro calentado al rojo parece ser el fuego mismo; ella es en efecto de naturaleza transitoria y posee partes susceptibles de ser moldeadas en todas las formas, como la goma, el oro o la cera; ella es la base de todos los principios-raíces (tattwas); se sitúa en el Corazón, como la vista en el ojo, y el oído en la oreja; ella da su carácter al sí individual, y cuando piensa en el objeto ya asociado a la conciencia reflejada sobre el cerebro, toma una forma de pensamiento; está en contacto con este objeto por los cinco sentidos movidos por el cerebro, y se apropia de tal conocimiento con el sentimiento de «yo conozco esto y aquello»; en fin, goza del objeto y queda finalmente satisfecha.

Preguntarse si algo es bueno para comer es una forma-concepto de la mente. «Esto es bueno, esto no es bueno, se puede comer, no se puede comer»; tales nociones discriminativas surgen propiamente del intelecto discriminante (buddhi). Puesto que sólo la mente es el principio-raíz que se manifiesta en tanto que las tres entidades del ego, de Dios y del mundo, su absorción y su disolución en el Sí-mismo es la emancipación final denominada Kaivalya, que es Brahman.

Los sentidos, estando orientados hacia el exterior para ayudar al conocimiento de los objetos, son externos; la «mente», estando en el interior, es el sentido interno. Los términos «interno» y «externo» son relativos al cuerpo; no tienen ningún significado en lo absoluto. Con el fin de mostrar que todo el mundo objetivo está en el interior y no en el exterior, las Escrituras han representado el conjunto del cosmos con el símbolo del «loto del Corazón». Pero el Corazón no es otro que el Sí-mismo. Lo mismo que la bola de cera del orfebre, aun ocultando minúsculas partículas de oro, parece siempre un simple pedazo de cera, igualmente todos los individuos perdidos en la sombría ignorancia (avidya) o el velo universal (mâya) no pueden sino sufrir la nesciencia durante su sueño. En el estado de sueño profundo, los cuerpos físico y sutil, bien que formando parte de ese velo, son sumergidos en el Sí-mismo: es de la ignorancia que ha brotado el ego -el cuerpo sutil-; la mente debe ser transformada en el Sí- mismo.

A decir verdad, la mente no es más que conciencia (chit), porque es pura y transparente por naturaleza: en este estado puro, sin embargo, apenas se le puede denominar «mente». La identificación errónea de una cosa con otra (2) es obra de la mente alterada. Es decir, que la mente pura e inmaculada que es la Conciencia Absoluta, cuando olvida su naturaleza primera, es sumergida por la cualidad de oscuridad (tamas), y se manifiesta en tanto que mundo físico. De la misma manera, subyugada por la actividad (rajas), la mente se identifica con el cuerpo, y apareciendo en el mundo manifestado como el «yo», toma equivocadamente a este ego por la realidad. Así, influida por el amor y el odio, cumple buenas y malas acciones y, en consecuencia, se mantiene en el ciclo de nacimientos y de muertes. Según la experiencia de cada uno, en el sueño profundo o en el momento de un desvanecimiento no se tiene ya conciencia de su propio sí ni de objetividad. A continuación, la experiencia de cada uno «yo he salido de mi sueño», «yo he vuelto a la conciencia», es el conocimiento distintivo nacido del estado natural. Este conocimiento distintivo es denominado vijnâna. No brilla por sí mismo, sino siempre por adherencia ya sea al Sí-mismo, ya sea al no Sí-mismo.

Cuando permanece en el Sí-mismo, es denominado verdadero conocimiento (jnâna); él es consciencia del mundo mental en el Sí-mismo, o conciencia perpetua (prajnâna), y cuando este conocimiento distintivo se combina con el no Sí-mismo, se le llama ignorancia (ajnâna). El estado en el cual permanece en el Sí-mismo y resplandece como Sí-mismo, se denomina aham sphurâna o pulsación del Sí-mismo. Este estado no es algo distinto del Sí-mismo, es un signo de realización inminente del Sí-mismo. Este no es sin embargo el estado del ser primero. La fuente donde se revela esta pulsación es lo que se llama prâjnana (conocimiento integral). Es esta fuente a la cual el Vêdânta da el nombre de prajnâna ghana (conjunto del conocimiento integral). El Vivekachûdâmani (3) de Shankarâchârya describe este eterno estado como sigue: «En la envoltura de la inteligencia brilla eternamente el Atman, el testigo radiante de todo. Toma eso como fin, un fin que nada tiene de irreal y, por una corriente continua de pensamiento, experiméntalo y goza de él como de tu propio Sí-mismo».
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